Al fin me he tomado un tiempo para concretar palabras y convertirlas en ideas que es lo más cercano a tiempo para mí que he tenido. Y he tenido tanto por escribir pero no el ánimo para hacerlo. Aunque escribir siempre ha sido mi salvación últimamente permanecer en silencio y olvidar lo ha sido también. No quiero dejar de escribir, es lo único fiable con lo que cuento. Pero sigue siendo difícil recordar en palabras lo que no quieres olvidar.
Hoy no tengo tiempo, ni espacio. Es más, ya sólo me quedan tres canciones en un bolsillo, dos cigarros en el otro, y un abrazo bien doblado.