No fue
hace más de un par meses que empecé a curarme el alma con la vida hecha
trizas, estaba tan irreconocible. & sentí un chispazo de felicidad cuando empecé
asistir a clases de escalada. & pues si, después de pasar por una época tan
tenebrosa ves que te queda un atisbo de felicidad en tu interior, no te queda más
remedio que agarrar esa felicidad de los tobillos & no soltarla aunque
acabes con la cara entera aplastada en el fondo del precipicio.