miércoles, 27 de junio de 2012


Me compre todos esos vergonzantes libros de autoayuda. Rezaba como una novicia. Deje de comer carne después de que me dijeran que me estaba comiendo el miedo que sentía el animal justo antes de morir. Una de mis amigas me dijo que tenía que llevar panties naranjas para recuperar el equilibrio de mis chacras, & hermano, lo hice!!!. Me tomé tantas tazas de esa maldita tisana de hipérico (supuestamente antidepresiva) como para animar a toda una tribu de emos, sin ningún efecto positivo. Me dedique solo a las artes que levantan animo protegiéndome cuidadosamente de determinada películas, libros  & canciones. Hice todo lo posible por luchar contra los arrebatos de llanto incontrolable.  Recuerdo haberme plantado arrebujada en la esquina de siempre de mi cuarto de baño, llorando una vez más por el cumulo de pensamientos tristes que me poseían. No puedes cambiar esta escena en algo, Marce? Me pregunte. & lo único que se me ocurrió fue levantarme, aun llorando, tratando de equilibrarme. Solo para demostrar que <aunque no podía parar de llorar ni de silenciar mi lúgubre monologo interior> no había perdido totalmente el control, al menos podía llorar histéricamente de pie. Oigan, por algo se empieza…
PD: Entrada mandada a borrador hace mucho tiempo.