Me compre todos esos vergonzantes libros
de autoayuda. Rezaba como una novicia. Deje de comer carne después de que me
dijeran que me estaba comiendo el miedo que sentía el animal justo antes de
morir. Una de mis amigas me dijo que tenía que llevar panties naranjas para
recuperar el equilibrio de mis chacras, & hermano, lo hice!!!. Me tomé
tantas tazas de esa maldita tisana de hipérico (supuestamente antidepresiva)
como para animar a toda una tribu de emos, sin ningún efecto positivo. Me
dedique solo a las artes que levantan animo protegiéndome cuidadosamente de
determinada películas, libros &
canciones. Hice todo lo posible por luchar contra los arrebatos de llanto
incontrolable. Recuerdo haberme plantado
arrebujada en la esquina de siempre de mi cuarto de baño, llorando una vez más
por el cumulo de pensamientos tristes que me poseían. No
puedes cambiar esta escena en algo, Marce? Me pregunte. & lo único que
se me ocurrió fue levantarme, aun llorando, tratando de equilibrarme. Solo para
demostrar que <aunque no podía parar de llorar ni de silenciar mi lúgubre monologo
interior> no había perdido totalmente el control, al menos podía llorar
histéricamente de pie. Oigan, por algo
se empieza…
PD: Entrada mandada a borrador hace mucho tiempo.