lunes, 17 de diciembre de 2012


Me quiero ir. ¿Sabes que sentí esta mañana al despertarme? Nada. Ni pasión, ni chispa, ni fe, ni calor, absolutamente nada. Creo que ya supere el punto donde puedo llamarle a esto un mal momento & eso me aterra, esto es peor que la muerte, la idea de que voy a ser esta persona a partir de ahora me asusta. Esto le pasa a las personas que se enamoraran a los 20, se casan, arreglan su casa & cambian su cocina en sus 30 & en algún momento se dan cuenta de que eso ya no es para ellos así que se caen & lastiman, luego se recuperan & se van directo al consultorio del psicoanalista & luego no pueden salir de ahí. Pero yo no tengo nada de eso & no quiero un psicoanalista. Necesito un cambio! Tengo un sistema de apoyo aquí, amigos & familiares que me aman mucho. Pero dudo que sientan mi apoyo, dudo que sientan mi amor por ellos. NO! No hay nada, no tengo pulso. Piensen por un momento que se les antoja comer en este instante? Exacto! Antes sentía ese apetito por la comida, por mi vida & ya no siento nada. Quiero ir a un lugar donde pueda maravillarme de lo que me rodea, el lenguaje, un helado, alguna pasta, lo que sea! Me he portado como una estudiante desde los 15 años. No me he permitido respirar o solamente estar conmigo, hasta ahora. Llevo un año aprendiendo a relacionarme con la soledad, sentándome a su lado, experimentando por primera vez en mi vida no usar los sentimientos de los demás para aliviar mis deseos insatisfechos, pero no ha sido suficiente tiempo, aun no sé como estar aquí.
 Me quiero ir.

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