lunes, 25 de noviembre de 2013

Debemos evitar dejarnos llevar por las divagaciones nostálgicas. No podemos dejarnos atrapar por el juego de las eternas dudas y remordimientos sobre nuestras relaciones fallidas o problemas del pasado, aunque sean retorcijones mentales angustiosos y difíciles de controlar. Buda decía que los problemas <con el tiempo y espacio suficiente > acababan por desgastarse solos. Lo cierto es que muchos hemos tenido relaciones cuyos problemas no se habrían desgastado jamás, ni en cinco vidas consecutivas. El caso es que en algún momento de nuestras vidas tenemos que dejar de reprocharnos los desastres del pasado, por desastrosos que nos parezcan al recordarlos y mirar hacia delante. Como dicen: “Mejor no rumiar los errores del pasado. Más vale rumiar los del futuro.”

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