Sentada en el frió pasillo de Hematoncología esperando
angustiosamente por una respuesta que nos trajera esperanza <de nuevo>.
Escuchando las inimaginables palabras; Debe
tomar una decisión y los desesperantes balbuceos; no hay otra opción? Con un nudo en la garganta y unas ganas de
cortar mi larga cabellera y dársela a esa pequeña con la cabeza envuelta en una mascada roja, que mira como mi tambaleante
hermano juega a pasar sus dedos sobre ella. Desearía, daría cualquier cosa, sí
solo, pudiera reescribir la historia...
Aun encontrándome en aquella situación pude observar como en las peores y más dolorosas situaciones algunas personas no dejan de sonreír. Como el flacucho señor que se escapaba de su habitación para dar pequeños paseos y saludar a sus vecinos de habitación. Haciendo chiste sobre su condición; como me vea la doctora caminando me agarra del pelo y me mete de nuevo a la habitación, lo bueno es que no tengo pelo (lo ha perdido por la quimioterapia) dice con una sonrisa desdentada mientras sigue paseándose de un lado al otro.
Admiro y no tengo palabras para describir la voluntad de estas personas que pese a su delicada situación sacan fuerzas no solo para darse pequeños paseos por el hospital sino también...
Aun encontrándome en aquella situación pude observar como en las peores y más dolorosas situaciones algunas personas no dejan de sonreír. Como el flacucho señor que se escapaba de su habitación para dar pequeños paseos y saludar a sus vecinos de habitación. Haciendo chiste sobre su condición; como me vea la doctora caminando me agarra del pelo y me mete de nuevo a la habitación, lo bueno es que no tengo pelo (lo ha perdido por la quimioterapia) dice con una sonrisa desdentada mientras sigue paseándose de un lado al otro.
Admiro y no tengo palabras para describir la voluntad de estas personas que pese a su delicada situación sacan fuerzas no solo para darse pequeños paseos por el hospital sino también...
para sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario