¿Exigente?
Pues si lo soy! Desde pequeña se me ha permitido esperar mucho de la vida, y
con mucha dificultad he luchado por que se me permita crear un concepto de mi
propia existencia y de mi futuro amoroso que es mucho más ambicioso que el de
la mayoría de jóvenes entrada a la veintena. Yo quiero a un hombre que este a
la altura de mis expectativas. Lo que me
recuerda un artículo que leí sobre una mujer inglesa que hizo un viaje a
Estados Unidos en 1919 y que escandalizada escribió una carta a sus familiares
británicos contándoles que los americanos malgastaban el carbón, para
calentarse todo el cuerpo entero a la vez! Luego de leer este articulo me
dio por pensar que quizá a mi me
pasaba lo mismo en el aspecto sentimental,
al pretender que el hombre que quiero sea capaz de calentarme todo el mecanismo afectivo a la vez. Una relación
requiere dedicación porque significa que has puesto tu felicidad en las manos
de una sola persona. En esa pagina donde leí el artículo de la mujer inglesa,
encontré otro donde una encuesta reciente revela lo que de verdad buscan las
jóvenes una pareja; un hombre que las “inspire”
requisito no muy fácil de cumplir. Para establecer un punto de comparación el
artículo comparaba una encuesta de 2000 donde jóvenes respondieron que
buscaban: un hombre “honesto y decente”
con capacidad para mantenerlas. Pero hoy en día ya no basta con eso ¡Ahora
queremos que nuestra pareja nos inspire! ¡Todos los días! ¡Ponte las pilas!
Por cierto es exactamente lo que yo siempre esperaba del amor (inspiración, felicidad) creía que
nuestro papel como pareja es “serlo todo” para el otro. Eso pensaba y lo
seguiría pensando si esos artículos no me hubieran hecho replantear mi
argumento. Porque resulta que por primera vez en la vida, me estaba planteando
que quizá tenía un concepto demasiado exigente de una relación.
Interesante punto de vista
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