domingo, 1 de septiembre de 2013

Buda tampoco era muy partidario del amor. Recordemos que antes de convertirse en el perfecto iluminado abandonó a su esposa e hijo para seguir su camino espiritual sin problemas. Buda pregonaba que sólo los célibes solitarios pueden llegar a la iluminación. De igual modo, el budismo tradicional siempre ha recelado las relaciones y el matrimonio, si la senda budista aboga el distanciamiento del mundo, la esencia de estos lazos afectivos es el desapego a la pareja, esposo y hogar. Es decir, el apego ha todo lo que se debe abandonar para conseguir ese estado permanente de iluminación. Lo que me pone a pensar; está claro que todahistoria que se basa en el deseo trae consigo como el sapiente Buda lo dice <sufrimiento> seguido de una infinita nube de ansiedades. Pero lo malo es que todos estamos dominados por el deseo; es la marca de nuestra existencia y nos puede destrozar la vida propia y ajena.

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