lunes, 14 de octubre de 2013

El Bhagavad Gita- la base sanscrita fundamental del yoga, mantiene que más vale vivir tu propio destino imperfectamente que vivir a la perfección el destino de otra persona. Por eso comencé a vivir mi propia vida. Por imperfecta y torpe que parezca, al fin comienza a parecerse a mí, la mires por donde la mires. Mi vida comenzó adquirir grandes proporciones de sentido y felicidad cuando deje de tratar de demostrarme a mi misma o a cualquier otra persona que era una mortal delicada, cansada, rota y frágil. Comencé a recordar  quien en realidad soy: una persona que desciende de innumerables generaciones de seres humanos que SOBREVIVIERON. En una palabra, por describirlos: FUERTES. Yo no sé lo que millones de personas han padecido y padecen. Pero te puedo decir sin ninguna duda que tú también eres fuerte. Si estás aquí en la tierra, es porque tus ancestros sobrevivieron. Sobrevivieron cosas impensables, insoportables. Y tú también lo harás. Asique en esos días, cuando siento que me pongo llorosa o trágica o víctima o abrumada o en pánico y paranoia  o en autocompasión, me digo a mi misma: Pues bien Marce, son sentimientos naturales, no tienes por qué avergonzarte de nada de eso. Pero no deshonres la lucha y la resistencia de tu herencia humana jugando débil, sin volver a intentar levantarte. Porque eres fuerte. Como estoy segura que tu también, eres más poderoso de lo que puedes imaginar. Asique vamos de frente, sea lo que sea, vaya a ser un guerrero. FORZA!

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