jueves, 19 de diciembre de 2013
martes, 17 de diciembre de 2013
Amigos mayores. Porque se me dará tan bien
relacionarme con personas que casi me doblan la edad? No lo sé. Probablemente veo en ellos lo que en amigos de mi edad
aun no aparece <madurez>. Es
decir, personas con las que puedo hablar por horas de cualquier tema sin
mostrar la menor incomodidad. Como mi recién amiga Madai, un hermoso corazón de 32 años al que no le molesta
en lo más mínimo la presencia de una veinteañera preguntona y llorona. Aunque
son prácticamente extraños, Es curioso
como un desconocido vea cómo eres con más claridad que tú mismo. Como esa
vez cuando Madai me contaba sus años trabajando con su padre joyero, me decía:
cuando tenía 20 años era una novata que trabajaba y me equivocaba mucho porque
al recibir un paquete de joyas estaba tan contenta en ver dos o tres
aguamarinas perfectas que ni me fijaba en el resto de las falsas. Después de
equivocarme un par de veces por fin aprendí la lección; hay que ignorar las
joyas perfectas. Apartarlas y mirar bien las joyas malas. Después hacerte esta
pregunta: ¿Me sirven para algo? ¿Puedo sacar algo bueno de ellas? De lo
contrario, te habrás gastado un dineral en una o dos maravillosas joyas
enterradas entre un montón de mierda sin valor. Después le digo; creo que con
las relaciones amorosas pasa lo mismo, la gente siempre se enamora de lo mejor
de las personas. Es normal que te gusten las virtudes de alguien me dice. Pero
el merito no está ahí, lo que debes hacer es preguntarte ¿Eres capaz de
aguantar lo malo? Si ves los defectos de tu pareja con sinceridad ¿Crees que
podrás pasarlos por alto y sacar algo bueno? Porque las virtudes siempre van a
estar ahí, pero la mierda que hay debajo te puede hundir la vida. Al cabo de
unos segundos le digo: -Me estás diciendo que eres lo bastante lista como para
saber que algún día alguien sacara algo bueno de mi mierda mental más inmunda? Lo que intento decir, Marce, es que un día alguien te estudiara y estará
dispuesto a quedarse con el paquete entero.
Gracias le dije.
Mi primer día de vacaciones de fin de año, a ponerme al día con los post.
Los Quiero.
Ser Felices!
sábado, 7 de diciembre de 2013
A lo que este último
año me he negado rotundamente hacer, es a ofrecer una versión idealizada y
seductora de mí misma. Por pura honestidad he venido dejando claro en lo qué y
en donde se están metiendo conmigo. Y esto es lo que confieso como mis fallos más
deplorables, tras escribir varias versiones de la chica del blog hoy me he
tomado la molestia de escribir una nueva y diferente, y lo reduzco en ocho apartados:
1. Valoro muy positivamente mi propia opinión. Suelo creer que soy la que mejor
sabe lo que tiene que hacer todo el mundo. Y
los lectores son las primeras víctimas de ello.
2. Afronto la vida con mucho más entusiasmo que energía. Mis arrebatos me
llevan a embarcarme en proyectos que me superan física y mentalmente, lo que me
conduce a derrumbarme y tú serás el encargado de recomponerme los pedazos cada
vez que quede aniquilada. Esto será terriblemente cansado. Pido disculpas de
antemano.
3. Soy abiertamente orgullosa, secretamente criticona y cobarde ante el
conflicto.
4. Siempre se me ha dado bien ahorrar, pero me mimo demasiado gastando
cantidades ridículas en comida, café y tatuajes.
5. Soy paranoica como toda salvadoreña, y cuando hay algún malentendido siempre
pienso mal de la gente. Lo que me ha hecho perder algunos amigos, cosa de la
que me arrepiento, pero así es como soy.
6. Puedo ser antisocial, temperamental, defensiva y tengo poca paciencia con
los imbéciles.
7. Suelo huir cuando las cosas se ponen intensas. Cuando algo es demasiado
grande como para manejarlo o no está en mis manos, me convierto en una
escurridiza y cobarde joven que posiblemente huye de grandes posibilidades (o grandes
errores).
8. Y ahora viene mi mayor defecto de todos. Aunque tarde mucho en tomar
semejante decisión, cuando decido que alguien es imperdonable o su camino está
mejor separado del mío probablemente deje de hablarle, sin darle previo aviso,
explicaciones, ni segunda oportunidad.
Desde luego no es una lista atractiva. Leerla me hería profundamente, porque
nunca lo había pensado con tanta sinceridad. Hacer un inventario de nuestros
defectos no es un truquito divertido, sino un verdadero intento de confesar
nuestros puntos negros. Que pueden acabar con una historia de amor, por ejemplo
mi narcisismo petulante, si lo dejas, tiene la capacidad destructiva de
terminar una relación. Por tanto que alguien te vea del todo y sea capaz de
quererte pese a ello, es un don que casi puedo considerar un milagro humano.
viernes, 6 de diciembre de 2013
San Agustín decía: “Ama, pero fíjate bien qué es lo que merece
amarse”. A mi parecer el amor agustiano es el tipo de amor con el que más
estoy de acuerdo, pues no es irracional y va aparejado con la sabiduría, por el
hecho de que el amor no se da sin antes saber bien en lo que te estás metiendo.
Es decir, la libertad de vivir un amor fulminante o un amor sapiente. En donde
podemos prever grandes fracasos amorosos. Pero, es posible que alcancemos la
madurez precisamente gracias a nuestras decepciones amorosas. Igual pedir a una
veinteañera que sepa automáticamente todo lo que una mujer de 40 años tarda en
aprender es suponerle mucha sabiduría a una mujer tan joven. No será que hay
que experimentar la angustia y los errores del amor fulminante antes de poder
alcanzar el amor sapiente?
Yo solo sé, que no sé nada.
Ser Felices!
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