sábado, 7 de diciembre de 2013

A lo que este último año me he negado rotundamente hacer, es a ofrecer una versión idealizada y seductora de mí misma. Por pura honestidad he venido dejando claro en lo qué y en donde se están metiendo conmigo. Y esto es lo que confieso como mis fallos más deplorables, tras escribir varias versiones de la chica del blog hoy me he tomado la molestia de escribir una nueva y diferente,  y lo reduzco en ocho apartados: 
1. Valoro muy positivamente mi propia opinión. Suelo creer que soy la que mejor sabe lo que tiene que hacer todo el mundo. Y los lectores son las primeras víctimas de ello.
2. Afronto la vida con mucho más entusiasmo que energía. Mis arrebatos me llevan a embarcarme en proyectos que me superan física y mentalmente, lo que me conduce a derrumbarme y tú serás el encargado de recomponerme los pedazos cada vez que quede aniquilada. Esto será terriblemente cansado. Pido disculpas de antemano.
3. Soy abiertamente orgullosa, secretamente criticona y cobarde ante el conflicto.
4. Siempre se me ha dado bien ahorrar, pero me mimo demasiado gastando cantidades ridículas en comida, café y tatuajes.
5. Soy paranoica como toda salvadoreña, y cuando hay algún malentendido siempre pienso mal de la gente. Lo que me ha hecho perder algunos amigos, cosa de la que me arrepiento, pero así es como soy.
6. Puedo ser antisocial, temperamental, defensiva y tengo poca paciencia con los imbéciles.
7. Suelo huir cuando las cosas se ponen intensas. Cuando algo es demasiado grande como para manejarlo o no está en mis manos, me convierto en una escurridiza y cobarde joven que posiblemente huye de grandes posibilidades (o grandes errores). 
8. Y ahora viene mi mayor defecto de todos. Aunque tarde mucho en tomar semejante decisión, cuando decido que alguien es imperdonable o su camino está mejor separado del mío probablemente deje de hablarle, sin darle previo aviso, explicaciones, ni segunda oportunidad.

Desde luego no es una lista atractiva. Leerla me hería profundamente, porque nunca lo había pensado con tanta sinceridad. Hacer un inventario de nuestros defectos no es un truquito divertido, sino un verdadero intento de confesar nuestros puntos negros. Que pueden acabar con una historia de amor, por ejemplo mi narcisismo petulante, si lo dejas, tiene la capacidad destructiva de terminar una relación. Por tanto que alguien te vea del todo y sea capaz de quererte pese a ello, es un don que casi puedo considerar un milagro humano.


1 comentario:

  1. sigue asi amiga y no te fijes en lo que dice la sociedad por que al final solo tu sabes la persona maravillosa que eres

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