sábado, 1 de febrero de 2014

He oído decir que la oración es el acto de hablar con Dios mientras que la meditación es el acto de escuchar. Y creo que a mí se me nota cual de las dos se me da mejor, podría pasarme la vida contándole a Dios lo que siento y padezco. Pero si se trata de estar callada escuchando, esa ya es otra historia. Meditar no se me da demasiado bien. No consigo pararme la mente. No puede estar callada. Mi mente no se queda quieta y las conversaciones que tengo con ella durante la meditación son algo así: 

-Yo: Ven, vamos a meditar, tenemos que concentrarnos en el mantra. Hamsa. Hamsa. Ham…
-Mi mente: Puedo ayudarte con este tema ¿sabes?
-Yo: Ah pues qué bien, porque necesito que me ayudes, ven. Hamsa. Hamsa Ham…
-Mi mente: Puedo ayudarte a pensar unas imágenes bonitas. Como vamos a ver… Mira, esta está buena. Imagínate que eres un templo en una isla! Y que la isla está en el océano. 
-Yo: Uh pues sí que es una imagen bonita.
-Mi mente: Gracias. Se me ha ocurrido sin ayuda de nadie.
-Yo: Pero que océano estamos imaginando?
-Mi mente: El pacífico. Imagínate que estas en una de esas islas tropicales. No espera es demasiado turístico. Sabes qué? Olvida el océano es muy peligroso, se me ocurre una mejor idea: Imagina que eres una isla en un lago.
-Yo: Y que tal si nos ponemos a meditar?
-Mi mente: Si! Claro! Pero procura no pensar que el lago está lleno de ¿Cómo se llaman esas cosas?
-Yo: Motos acuáticas?
-Mi mente: Eso! Motos acuáticas! No sabes el combustible que gastan. Son una amenaza para el medio ambiente. ¿Sabes que más consume mucho combustible? Los…
-Yo: Ok, podemos meditar ya?
-Mi mente: Es verdad, si lo que quiero es ayudarte! Por eso vamos a olvidarnos de esa imagen porque no veo que funcione. Mejor imaginemos que eres una isla en medio de un rio! Imagina que los pensamientos que pasan flotando a tu lado son corrientes naturales del rio y puedes ignorarlos porque eres una isla.
-Yo: No habías dicho que soy un templo?
-Mi mente: Es verdad, perdona. Eres un templo encima de una isla. A decir verdad eres las dos cosas.
-Yo: Y también soy el río?
-Mi mente: No, el rio solo representa los pensamientos.
Yo- ¡Ya! ¡Ya! ¡ME ESTAS VOLVIENDO LOCA!
-Mi mente (ofendida): Lo siento, solo quería ayudarte.
-Yo: Hamsa… Hamsa… Hamsa
Aquí se produce una prometedora pausa de 8 segundos en mis pensamientos. Pero después…
-Mi mente: Estas enojada conmigo?

… Entonces, con un enorme suspiro, como si saliera a la superficie de una piscina a tomar aire, abro los ojos y me rindo. Y entonces le dije a Dios: <Lo siento mucho, pero esto es lo más que me he podido acercar a ti hoy>

No hay comentarios:

Publicar un comentario