jueves, 11 de septiembre de 2014

I

Helen Fisher experta en antropología amorosa dice que somos más propensos  al amor cuando estamos pasando por un momento malo o especialmente sensible. Cuanto más intranquilos y desequilibrados estamos, más posibilidades hay de que nos enamoremos. A vista de todo ello, al pasar por un momento de enorme tristeza y crisis de identidad, era carne de cañón para el amor, y claro, pasó lo que pasó. Un joven muchacho llamo mi atención en aquellos sombríos días, y dada mi tediosa situación no pude evitar ver en su cabeza un cartel que decía SOLUCION AL PROBLEMA, así que me lancé sobre él, usándolo primero como salvavidas, aferrándome a sus palabras de aliento que me mantenían a flote (todo eso sin que él se enterase) Luego intente persuadirme de que ese joven tenía todo lo que yo necesitaba, escuche los consejos y sugerencias de aquellos que deseaban que estuviera con el muchacho que lograba normalizarme el mecanismo afectivo y de defensa. Quiero decir que, quite uno de mis candados. 
¿Da una cierta impresión de que me estaba intentando convencer a mi misma? 

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