miércoles, 18 de febrero de 2015

In the shallows I

Estoy sola; estoy completamente sola. Estoy más sola que  la luna. Una vez asimilado el hecho, me pongo de rodillas con la frente en el suelo. Y en esta postura en actitud suplicante, permítanme quedarme así mientras retrocedo en el tiempo, hasta un momento en el que estaba yo exactamente igual en la misma postura: de rodillas en el suelo. En la escena de finales de septiembre o principios de octubre o bien pudo haber sido la semana pasada.  No estaba en el suelo, sino hecha un nudo en mi cama. Hacia frio y era como la una de la mañana, llevaba dos semanas viviendo sola y como siete noches consecutivas escondiéndome debajo de las sabanas y exactamente igual que en las noches anteriores –estaba llorando. Ya no quiero continuar. Estaba haciendo todo lo posible por no enterarme del tema, pero la verdad se me aparecía con una insistencia cada vez mayor. Esta vez todo fue diferente, de verdad no quería continuar. No quiero vivir en esta casa tan grande y fría. No quiero tener que ser fuerte. No quiero continuar, me repetía entre sollozo y sollozo...

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