jueves, 27 de febrero de 2014

Que quiera una esquinita cálida no significa que me quiera instalar en cualquier sitio o con cualquier persona. No puedo, porque soy demasiado inquieta. Lo que me hace embarcarme constantemente en proyectos que me impiden ser una esquinita para alguien más, es egoísta, pero así soy. Aunque no pierdo la esperanza que un buen día alguien cambie eso. Un buen día en donde este escurridizo antevasin siente cabeza en un rincón con su pérdida otra mitad. Una esquinita privada, a solas con mi hombre, donde todo irá bien, y todo irá bien, y todas las cosas del mundo irán bien.

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