viernes, 7 de marzo de 2014

Dos amigos.

Dos tesoros. Dos salvavidas. Dos mortales. Dos grandes. Dos mágicos. Dos perturbados. Dos maestros. Dos luchadores. Dos poetas. Dos genios. Dos trabajadores. Dos ganadores. Dos cursis. Dos pañuelos. Dos hombros. Dos dañados. Dos consejeros. Dos escritores. Dos manos. Dos payasos. Dos comelones. Dos bobos. Dos sarcásticos. Dos protectores. Dos locos. Dos psicólogos. Dos hermanos. Dos amigos. 

La más grande de las fortunas, esa que me ha sido obsequiada. 
Un par de locos compañeros, un par de vidas alocadas. 
Que completan mi vida. Que hacen ruido y no se callan. 
Que nunca se rinden conmigo. Que sacan de mi la luz opacada. 
Que me cuidan de aquellos que quieren lastimarme, que me cuidan de mi misma, los más grandes. 
Ese par de tontos que alegran mis días. Que entienden mi ira. Que me engordan o adelgazan.
Que me hablan dulcemente o que retan a miradas. Que me aceptan y me aman. 
Dos amigos, los míos, los más grandes.

-Do Caceres
-Daniel Ortega.

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