Dormir
otra vez se me ha hecho difícil últimamente. No consigo descansar y como lo
dije una vez; dormir es una bendición, porque si no duermes, no hay manera de
salir de la zanja. Creo que necesito una cita con mi viejo y calvete
psicoterapeuta. Pero como muchos saben, soy muy vacilante al pedir ayuda
profesional en estos temas. Lo cierto es que ir a verle esta vez, no sería por
algún problema amoroso o por los desastres de las enfermedades que han afectado
a mi familia, que son los problemas por cuales me he pasado muchas horas con
Ricardo el psicoterapeuta pelón. Esta vez el problema del insomnio y las
pesadillas se me está saliendo de las manos. No lo saben muchos pues no es un
tema que se saque a mitad de una plática, además no me siento cómoda al
contarlo, pero llevo meses sufriendo de pesadillas que me hacen despertar
agitada, desesperada, con mucho miedo y bañada en sudor. Haciéndome perder el
sueño por el resto de la noche. Hecho que me pone de mal humor y sin mencionar
el desgaste físico y mental que me provoca. He llegado al punto que me asusta
cuando llega la noche, porque sé que me esperan horas y horas de ver el techo o
puede que logré conciliar el sueño pero no tardare en despertarme bruscamente
con alguna horrible pesadilla, y vamos que si de pesadillas hablamos son espantosas,
las detesto, me quitan mucho, me abruman…
En fin espero poder solucionar esto
lo más pronto, y regresar con posts pendientes de un temilla que algunos ya
preguntan cómo anda. Hasta luego.
Dulces sueños.
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